Para mantener una buena hidratación en los gatos, estos deben tomar entre 50 ml a 100 ml por día, cantidad que puede variar según el clima en el que viva, el tipo de alimentación, si está consumiendo medicamentos o padece alguna enfermedad.
Cuando disminuyen las cantidades de agua consumidas al día pueden sufrir deshidratación y alteraciones graves en la salud.
Un gato puede dejar de tomar o disminuir el consumo de agua por distintas razones:
1. Enfermedades de la boca, principalmente inflamación de las encías, enfermedad periodontal, inflamación de la laringe, procesos bucales dolorosos. Para notar cualquier cambio anormal debes revisar muy bien la cavidad bucal de tu gato.
2. El bajo consumo de agua también puede estar relacionado con una enfermedad general que cause depresión, dolor y fiebre, entre otras, en estos casos el agua no les llamará la atención. Otro factor pueden ser los cambios de entorno que generen miedo, estrés o inseguridad. Los gatos son muy sensibles a los cambios, por ejemplo si cambia de vivienda, hábitat, o rutinas.
3. El material y limpieza del plato pueden influir en el consumo de agua del animal, por lo cual se recomienda que el material del recipiente del agua sea de loza o vidrio, estos son ideales para ellos. Deben estar completamente limpios, por lo tanto, se recomienda lavarlos diariamente con jabones de loza o neutros y enjuagarlos lo suficiente para que no queden residuos en ellos.
4. El bebedero no puede estar cerca a la arenero, los gatos son bastante cuidadosos con sus espacios y no les gustará comer o beber cerca a la zona destinada a realizar sus necesidades.