Primero, considera que se debe hacer un listado de mascotas para diferenciar aquellas que son aptas para vivir en una urbanización y las que son factibles de retener en un edificio, ya que algunos animales necesitan tener libertad y no se puede ir en contra de su naturaleza.
Luego, ve conveniente realizar un censo de mascotas en un libro adecuado que esté totalmente controlado por la administración del condominio y finalmente, generar un reglamento de funcionamiento que reúna las siguientes condiciones:
1. Identificar la mascota en cuanto a su propietario, la cuestión sanitaria y la circunstancia que requiera en función del tipo de mascota que sea o el volumen que tenga.
2. Colocar un chip a las mascotas, a través de un collar u otra alternativa, para que, de tal manera, se pueda ubicar con facilidad.
3. En urbanizaciones, recomienda que haya espacios de zoonificación; es decir, un lugar común donde las mascotas puedan excrementar y distraerse.
4. Sanciones para los propietarios o inquilinos que incumplan el reglamento.
Además, sugiere que la mascota esté siempre con una correa puesta, que el propietario se haga cargo de las necesidades de su mascota con una bolsa a mano, ya sea dentro del condominio, en las calles aledañas por donde pasea.